Recorrido fotográfico barojiano

Al objeto de ilustrar las portadas y contraportadas de la colección Baroja & Yo, el editor ha acompañado al fotógrafo profesional Pedro Pegenaute para que éste sitúe su mirada y objetivo en rincones de inspiración barojiana. Un recorrido por las ciudades donde Pío Baroja nació y pasó parte de su infancia y juventud, San Sebastián y Pamplona, respectivamente, así como por el admirado País del Bidasoa y por los pueblos del País Vasco francés, que tantas obras le inspiraron, ha permitido tomar sutiles instantáneas contemporáneas.

Su último biógrafo, el catedrático don José-Carlos Mainer, en la colección Españoles eminentes. Pío Baroja. Taurus. 2012, escribe magistralmente: «Fue precisamente en los días del verano de 1910, que pasó en Bidart con Paul Schmitz y su esposa, cuando recorrió el risueño Valle del Bidasoa y visitó los pueblos de la zona entre los que estaba Zaro (donde puso la tumba de Zalacaín) y Urrugne, en la vertiente francesa, y Vera del Bidasoa, en la española. Y le cautivó aquella tierra verde y neblinosa, de perspectivas amplias pero también intricada y montañosa, en la que lo navarro, lo español y lo francés se habían subordinado a lo vasco sin aparentes detrimentos de nadie ni ostentosas hegemonías de los naturales del lugar. Y seguramente decidió comprar allí alguna casa, como la que –situada precisamente en la población navarra de Vera– vio anunciada en El Pueblo Vasco, en 1912, bajo el señuelo de que servía por su tamaño «para fábrica o para convento»».

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